No estamos ante la clásica historia de "bichos", rodada en cuatro dias. Aqui todo está pensado y calculado hasta el último fotograma. Se nota que el director Michael Lantieri llega con la lección aprendida para no incurrir en errores clásicos de este tipo de producciones. No hay abuso de efectos especiales (es más yo incluso diría que se echan en falta algunas apariciones más de los varanos), los actores están correctos dentro de sus posibilidades, los diálogos no dan pena y la música es excelente, no en vano la firma John Debney, autor entre otras de las partituras de La pasión de cristo, El rey escorpión o Dragonfly. Esta película no se aleja demasiado de las penosas Parque jurásico 2-3 y constituye el mejor ejemplo de que con imaginación y unos cuantos millones menos de dólares también es posible hacer buen cine.