Decir que esta serie es buena es quedarse corto, decir que es cruda es quedarse corto, decir cualquier cosa es quedarse corto, porque en esta serie nada es de un solo lado, ni los buenos son los americanos, ni los rusos son los más insensibles, ahora bien...hay verdaderas escenas que no tanto por lo que se ve, que no es nada, sino por lo que representa o te imaginas, que son duras de narices. El matrimonio de espias rusos de Phillip y Elizabeth Jennings y perfectamente integrados en la vida americana, es cuando menos angustioso compaginarlo con la vida de padres de dos adolescentes y uno de ellos defensores de las libertades humanas y sociales, todo lo contrario a los principios comunistas que llevan inculcados sus padres. Eso para empezar.

Seguir día a día el cambio que se va produciendo en su modo de pensar, de un total adoctrinamiento, a plantearse cual es realmente el fin de todas sus misiones, asesinatos, muertes y sacrificios y sobretodo, el coste personal y familiar.

Muy, muy recomendable, sobretodo las interpretaciones de Matthew Rhys al que ya tenia fichado de interpretaciones de la BBC y de Keri Russell, amén de fantásticos secundarios como Noah Emerich en su papel de "amigo/vecino" del FBI, que ya es mala suerte que se instale allí, o de Frank Langella que se ha incorporado en la 3a temporada.

Es curioso como cubren de una pátina yo diria "pegajosa" o desagradable a ciertos personajes que no son todos del mismo bando, los hay del FBI y los hay del bando ruso, en cualquier caso, deseas a por todas que escapen de cada una de las misiones que les encomiendan, algunas de ellas verdaderamente complicadas y desagradables.

El próximo mes de marzo arranca la 4a temporada con un inicio más que complicado, ya que el final de la 3a fué el que no huvieramos querido ni de lejos, veamos como solucionan este papelón que se les presenta a los Jennings , que ante todo adoran a sus hijos y van a ser ellos el motivo de sus cuitas.