Click here to copy URL
Spain Spain · Granada
anaïS rating:
7
Musical. Romance. Comedy Gloriously witty adaptation of the Broadway musical about Professor Henry Higgins, who takes a bet from Colonel Pickering that he can transform unrefined, dirty Cockney flower girl Eliza Doolittle into a lady, and fool everyone into thinking she really is one, too! He does, and thus young aristocrat Freddy Eynsford-Hill falls madly in love with her. But when Higgins takes all the credit and forgets to acknowledge her efforts, Eliza ... [+]
Language of the review:
  • es
May 17, 2006
11 of 16 users found this review helpful
Los años 60 eran ya poco propicios para el género musical, tal vez por eso resultó ser un buen momento para que las excepciones sobresalieran sobre las producciones convencionales.
Con MY FAIR LADY se hizo evidente una vez más que al autor de títulos como HISTORIAS DE FILADELFIA (The Philadelphia story, 1940) le interesaban más los personajes y las situaciones que las propias historias. Y eso que esta vez se trataba de llevar a la pantalla un libreto que adaptaba el Pygmalion y que anteriormente fue un clamoroso éxito sobre los escenarios teatrales.
El tiempo ha engrandecido este musical atípico.
La película de George Cukor se presenta como una sustanciosa comedia que ilustra el poder terapéutico del lenguaje a la vez que da una elegante versión de Frankenstein en la que el lingüista Henry Higgins, se empeña en esculpir a una delicada criatura llamada Eliza Doolittle a partir de la vulgaridad de la calle.
Julie Andrews representó el papel de Eliza con éxito arrollador en Broadway, pero al ser adaptada al cine, fue el nombre de Audrey Hepburn, más conocido y atractivo con vistas a una recaudación generosa, el que relució para asegurar el éxito.
La metamorfosis que teje el profesor Henry Higgins sobre Eliza Doolittle es absoluta. Cuesta trabajo pensar que una mujer pueda llegar a dejarse moldear como lo hace Eliza. Si he de ser sincera, el machismo que se respira hasta la última escena es algo que me pone nerviosa, pero me calmo cuando pienso en la típica excusa de: "eran otros tiempos", otras formas... entonces me concentro en lo que realmente me interesa (estructura de guión, recursos, lenguaje cinematográfico, etc.)
La puesta en escena de la película es digna de mención Cecil Beaton, fotógrafo y mago del objetivo, supo crear y plasmar como nadie todas y cada una de las escenas de MY FAIR LADY.
No se puede relegar al olvido, o simplemente a segundo plano, el trabajo que realizó Stanley Holloway en el papel de Alfred P. Doolittle, el canallesco padre de la chica, un truhán acostumbrado a alimentarse del aire y a flotar entre la mugre, que reivindica con bastante gracia su derecho a la pereza.
Nacido con el surgimiento del sonoro, y tras situarse a la cabeza de los géneros de los años treinta, fue en los cuarenta cuando se conoce su esplendor, y empieza a declinar (aunque no artísticamente) en los años cincuenta, para experimentar una inyección en los sesenta y un estancamiento en los setenta. Durante las dos décadas siguientes
el género languideció arrinconado por el público y los grandes estudios dejaron de financiar más proyectos salvo trabajos puntuales.
Ahora que Hollywood ha vuelto a reconocer el género, los estudios han vuelto a poner sobre la mesa dinero para producir cabriolas y coreografías con las que sentir alas en los pies. Como bien conocemos hoy los éxitos conseguidos por MOULIN ROUGE (Baz Luhrmann, 2001), CHICAGO (Rob Marshall, 2002) o EL FANTASMA DE LA ÓPERA (The Phantom of the Opera, Joel Schumacher, 2004) .
anaïS
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow