“Jeune et Jolie”, la película del director François Ozon (En la casa, 2012) tiene dos protagonistas. La primera se llama Isabelle, una adolescente de 17 años que rompe con la imagen que cualquiera pueda tener sobre una joven prostituta: Isabelle es virgen, reservada y frágil. Aparentemente frágil. Detrás de su mirada misteriosa y llena de recelo, se esconde Lea. Una mujer fuerte y segura de sí misma, cuya curiosidad por el sexo y los sentimientos amorosos la llevarán a vender su cuerpo, sin importarle las consecuencias sociales que ello pueda tener. Isabelle se introduce en la boca del lobo y se va transformando con cada mordedura. No escoge un mundo fácil, dedicarse a la prostitución implica asumir una serie de estigmas marca de la casa, y por mucho que Isabelle parezca una joven madura, en realidad, a ojos de los demás solo es una niña caprichosa y enferma que debe reconducir sus pasos. A pesar de ello, aprende a moverse por encima de moralismos, aunque a menudo sus decisiones la lleven a herir a los demás.

Canciones de Françoise Hardy y un poema de Rimbaud, se encargarán de matizar la profundidad emotiva de esta peculiar historia. La joven modelo Marine Vacth interpreta a Isabelle y seduce con un personaje contradictorio que atrapa por algo más que sus cualidades físicas. La película hará reflexionar sobre la fidelidad a uno mismo, la prostitución y los prejuicios. “Jeune et jolie” tiene dos protagonistas y dos miradas: una antes de conocer a Isabelle y otra después de amar a Lea.

http://lauracarneros.wordpress.com