Se trata de una historia real sobre la que se podría hacer una gran película, sin embargo no es así. El director hace una interpretación personal de la historia real, convirtiendo una buena historia en algo totalmente edulcorado.

Además de tratarse de una película larga, se hace más larga por lo lenta que transcurre la acción. Dentro de la trama aparecen varios momentos que no aportan nada, pero que sirven para ralentizar más la película. Además por si fuera poco, hay momentos en los que el director trata de hacer secuencias artísticas que pasen a la posteridad, lo que queda bastante absurdo.

El personaje principal es una persona que acaba desesperando por su falta de sangre, lo cual hace que no puedas creer que pueda meterse en un lío tan grande sin ser descubierto en los primeros días. Además, alguien que se dedica a la estafa, no puede tener dudas morales cada dos por tres.

En definitiva, una buena historia con una mala ejecución, a la que las 11 nominaciones a los premios César le vienen grande.