Cómo cambian las cosas cuando vas al cine sin muchas expectativas, o más bien cuando vas "solamente" a divertirte y palomitear. ... y de pronto te encuentras con una primera media hora de impresión que enmarca la historia en los últimos coletazos de la guerra de Vietnam y en los nuevos avances científico-tecnológicos por el giro de la guerra fría. Los satélites nos espían y descubren nuevos mundos inexplorados, cuando ya se creía se conocía todo el planeta Tierra.
Luego se presentan los personajes, muchos arquetipos de pelis de aventuras: los científicos, los exploradores, los militares, los políticos, la chica guapa fotógrafa. Muchos de ellos en busca de algo que les falta en sus vidas, por lo que para ellos la aventura es un soplo de aire fresco o una vía para satisfacer ese algo.
Después viene la acción, fenomenales efectos especiales, movimientos de cámara, fotografía espectacular en el exhuberante archipiélago de las Islas Calavera. Un Kong impresionante de tamaño y fuerza que defiende su entorno. Una sucesión de escenas sin respiro en las que simpatizas con los personajes y sientes, como si fueras un miembro del grupo, cada una de sus muertes. Auténtico disfrute visual y emocional.
Por eso siempre digo que lo mejor es ir libre de prejuicios y expectativas y dejarte sorprender para luego encontrarte ante joyas como ésta.