Érase una vez que se era unos guionistas que decidieron hacer algo diferente y genial por una vez.

Y era el juntar todos los cuentos para trasladarlos a la realidad de la mano de una heroína inédita, Emma, la hija de Blancanieves, para poder canalizar todas las historias maravillosas a través de sus aventuras y las de su hijo, Henry.

Pero como en todas las historias los malos aparecieron, y destriparon, no solo el corazón más tradicional de los cuentos y las pelis Disney, sino también lo que es poder unir a parejas y parejas y más parejas de cuentos de hadas de una manera fascinante.
Los finales cursis y las parejas sin química se repiten en Érase hasta que matan cada cuento.

Las historias antaño conocidas aquí son contados desde un punto de vista tan moderno incluso en su envoltorio que lo que obtenemos es una Reina Malvada llena de cuero negro, un niño feíto e incomprendido y una Barbie que no se cree ni lo que está viendo. ¿Esos son los cuentos de hadas en verdad?

Lo dudo.
Tras siete años de sufrimiento "Érase una Vez" fue cancelada. Siete años de cursilerías, historias contadas al revés, personajes entrañables que morían, parejas cutres, química desperdiciada (pero es que no acertaron ni en una sola que ya es decir Dios Mío), efectos lamentables, personajes patéticos que sobrevivían y episodios más largas que un día sin pan.
Entiendo que para muchos que gustan de parejas cursis y historias mal contadas les apasione, pero dese mi más sincero punto de vista a esta serie le ha faltado de todo: oscuridad, agilidad en el relato, más tradición de los cuentos de hadas.

El único personaje salvable es el de Lana Parrilla al igual que su actuación. No me extraña que Jennifer Morrison saliera por pies tras la sexta temporada. Lamentable.