...y llegué a mi casa y puse la tele. Resulta que me encuentro con esto en tele 5 y me digo ¿Una serie nueva, y en T5? Mal íbamos, pero como no escarmiento nunca, pues me quedo viéndolo. Llamadlo valor, temeridad o pura y llana estupidez. Y a los dos minutos estoy ya con la boca abierta.
Porque aún no sabía de que iba la cosa, pero estaba verdaderamente impactado ante una serie de ¿actores? que creo competían para ver quien era más malo de todos. ¿Alguien de verdad se los cree? Hay que reconocer, eso sí, que han conseguido una perfecta armonía entre las sobreactuaciones de unos y la incapacidad absoluta de transmitir la más mínima emoción de otros -ese director de casting ganándose el jornal- lo que no deja de tener su mérito.

Y bueno, además de eso pues nos encontramos con lo que últimamente se ha convertido en típico en las televisiones, el hacer una miniserie de un hecho real, que con eso al menos te ahorras el trabajo de pensarte un argumento. Y como los asesinatos escabrosos de momento se han acabado ya (Fago, caso Mariluz, Wanninkoff y demás etcéteras) pues podemos coger lo de las 7 yankis que se preñaron a la vez, pero españolizarlo un poco con esas cositas tan nuestras que siempre venden, léase niños malcriados hablando a sus padres como si estos fuesen mierda -¿en serio se piensan que la juventud es así? A mi se me caería la cara de verguenza sólo de pensar hablar o tratar así a los míos- y que por eso son como super guays y modernos, algún buenorro/a que enseñe carne (si no para que contratarlos, actuar no saben, al menos que alegren la vista) y algún par de obviedades, y así pues seguimos demostrando el óptimo momento -salvo honrosísimas excepciones- de la creación cinematográfica española.

Al final supongo que la culpa será de la sociedad, que traumatizó a los angelitos, pero dudo mucho que vea el desenlace, prefiero contar el número de baldosas que hay en mi cuarto, es una forma mucho más divertida de perder el tiempo.