Cuando vemos una película bélica y más si es de procedencia americana, no sabemos si vamos a encontrarnos con un film propagandístico sacando a relucir las buenas maneras del ejército aliado, sobre todo, dentro de la contienda histórica, o si sentará bases más o menos aceptables dentro del género cinematográfico ciñéndose a situaciones más o menos reales. No está de más resaltar que la Segunda Guerra Mundial fue una serie de hechos donde la participación de los soviéticos en el frente del Este, el frío siberiano y la falta de logística por parte de los nazis, hicieron que la guerra se decantara de parte del bando aliado.

Pero hay que decir que pocas películas americanas enfatizan dicho hecho tan importante. "Fury" no es la excepción; aunque también cabe decir que los hechos relatados en este film poco tiene que ver con lo anteriormente expuesto ya que se centra en batallas muy concretas dentro de la contienda histórica.

"Fury" nos sitúa en abril de 1945 y se centra en las vivencias de un pelotón de un tanque americano en territorio nazi. La película de David Ayer recuerda en groso modo a otros filmes bélicos como “La bestia de la guerra” de Kevin Reynolds o “Das Boot” de Wolfgang Petersen como manera de narrar las experiencias de un pequeño pelotón especializado dentro de territorio enemigo. La cinta de Ayer se encuentra muy lejos, en líneas generales, de estas 2 películas, principalmente por su matiz pretencioso, además de por el guión, plenamente inferior. Aún así, "Fury" tiene una factura técnica sobresaliente, muy elegantemente rodada, con unos actores carismáticos que llenan la pantalla y con escenas de acción que no defraudarán a los amantes del cine de género bélico, a pesar de las licencias tomadas para trasladar unas batallas y aventuras bélicas al formato cinematográfico.

Una obra que no sentará precedente pero que sí que entretiene y no defrauda para el consumidor de todo lo bélico.