El martes 14 de junio me disponía a viajar desde Las Palmas a Madrid y cuando intenté en el avión ver ésta película, me dio problemas y no pude hacerlo, así que hoy he aprovechado y la he visto.

Menos mal que no la vi en el avión, sino, habría caído en los brazos de Morfeo a la mitad de la proyección. Me encanta Petra Martínez, tanto en la comedia como en el drama y que decir de Anna Castillo, pero la historia no me llenado para nada, la veo con muchas direcciones sin rumbo, muchas cuestiones sin aclarar y en general, un camino hacia ninguna parte.

Si es verdad que me sorprendió el rumbo de los acontecimientos con las protagonistas, porque la historia no se encaminó por donde yo pensaba y al principio, una vez de regreso al camino que creía coherente, comienza a dar bandazos a ningún sitio, que simplemente la acabé a ver si al final alguien explicaba en que iba a quedar todo aquello, pero no, no vino nadie al rescate y he perdido casi dos horas de sueño.