Desde muchos años sabemos que a los miembros de la academia les gusta este tipo de historias dramáticas, donde se identifica claramente a un personaje marginado o apartado por la sociedad.

Barry Levinson ha sido muy inteligente y no me refiero a poder llevar a la pantalla esta historia porque como esta hemos visto cientos, el éxito de que dicha película fuera la más nominada y la más premiada en 1988 recae precisamente en el acierto de su dúo protagonista.

Tom Cruise en mi opinión representa a la perfección el personaje a tratar. Un chico joven, egoísta, vividor, estafador y amante de la buena vida a costa de quien sea, con una pésima relación con su familia, cuya noticia del fallecimiento de su padre lo deja tan indiferente como escuchar el parte del tiempo de esa mañana. Apenas llevaba 10 películas en su cuenta cuando con 26 años fue escogido para este papel. Por otro lado tenemos al personaje principal de la historia, quien a sus 51 años le tocó el premio gordo, y la mejor interpretación de su carrera junto a la de Kramer contra Kramer que le valió su primer oscar como mejor actor. En esta ocasión no se le podía escapar. Con más de 20 años de experiencia es capaz de ponerse el disfraz de autista y mostrarnos a un personaje creíble, que era realmente lo difícil en esta historia. No caer en lo absurdo, ni en la sobreactuación. Realmente magistral su interpretación.

Pues con estos dos ingredientes pasamos a resaltar la magia que tiene esta fantástica historia. Charlie es avisado por el abogado para el tema del testamento, pero se lleva una desagradable noticia al saber que la cantidad de 3 millones de dólares han ido a parar a un señor que lo administrará, porque dicha cantidad es para el cuidado de su hermano autista. Así que egoístamente se va a buscar a su desconocido hermano al cual "secuestra" para forzar a que le entreguen la mitad del dinero de la herencia. Lo que no sabe es que un autista vive en su mundo y es un ser muy diferente a lo que él está acostumbrado. Poco a poco se va apegando más a su hermano y lo va conociendo, inclinando en una balanza el afecto por el dinero.

Una película con una magia especial. Para recordar las escenas con los números de Raymond cuya facultad aprovechará su hermano en un casino para ganar mucho dinero.