Pues si, me gustó Affleck y todo. Siempre he dicho que es un gran director y un correcto actor, sin embargo en el papel que se encaja aquí está sublime. No comunica nada, pero es que su personaje está diseñado así. Su enfermedad y el entrenamiento de su padre lo convierte en la máquina que nos vamos a encontrar.

Un tipo serio, casi un muñeco de cera, con unas costumbres muy extrañas para la gente que lo rodea y sin contacto humano o mínimo. Sin embargo, un crack para los números, que trabaja de contable solucionando problemas a gente común y a auténticos magnates. Pero tiene un trabajo extra. Es un sicario.

Y es aquí realmente la parte de la película que capta más mi atención, porque en relación al personaje visto en pantalla hasta el momento, es el yin y el yan. Jamás esperé ésta transformación tan radical de un tipo que pasaría desapercibido en cualquier sitio. La peli es extensa, vale, pero muy entretenida. Y le añade mucho interés a la historia esos flash-hacks que nos iremos encontrando a medida que todo va avanzando. Hasta tres cuartos del film funciona muy bien la verdad, pero el desenlace comienza a debilitar todo lo anterior, con un final hecho para moñas, cuando podría haber sido la caña.

Entretenimiento asegurado a pesar de tener que verle el careto al señor Affleck.