En enero de 1947 un brutal asesinato sacudió la Costa Oeste de los EE.UU. La desgraciada Elizabeth Short fue torturada y brutalmente descuartizada, tras lo cual se abandonaron sus restos en una avenida. Como habitualmente vestía de negro, se la bautizó durante la investigación como La Dalia Negra, inspirándose en este filme, que el año anterior fue un éxito de taquilla, y cambiando el azul del título por el negro de la ropa de la infortunada Elizabeth.
Ciertamente no tenía mucho que ver una cosa con la otra, pero quedó patente el impacto de La Dalia Azul en el acervo colectivo.
Y sin ser una gran película, sí que ha sido castigada por el tiempo; además de por un precipitado final. El asesino fue sustituido a última hora por cuestiones de corrección política. Y a pesar de todo, ciertamente resulta interesante desde muchos ángulos.
Ladd y Lake como intérpretes encumbrados en el estrellato máximo y estrellados al final de su vida.
Chandler como escritor y guionista, mitificado hasta la saciedad, y que en el plano literario su máquina de escribir no componía de un modo tan ilustre.
Y todo ello en ese Noir del año 1946, el año después de la Victoria en Europa y en el Pacífico, con una sociedad americana traumatizada en esencia, y cuya máxima expresión eran en realidad estas películas.