• Legolas haciendo surf y otras piruetas innecesarias, como cuando monta un caballo a la carrera.

• Aunque estemos en un mundo de fantasía, se agradecería un mínimo intento por dotar a las situaciones y a los efectos especiales de verosimilitud.
Los orcos parecen de mantequilla. Es ridícula la carga final en el abismo de Helm en la que unos cuantos caballos lanzan por los aires a cientos de orcos como si fueran plumas ligeras sin siquiera desequilibrarse, o cuando Aragorn y Gimli contienen a esas mismas hordas en la puerta (¡sólo son dos contra cientos!, ¿es que nadie se da cuenta de la estupidez que eso supone y de lo fácil que sería modificar el guión para que resultara creíble?, ¿cómo pretenden que tema a los orcos si sólo un hombre y un enano son capaces de cargarse a cientos de ellos?).
La aparición salvadora de Gandalf con los primeros rayos de sol es ridícula, no hay quien se crea ese descenso por el barranco.

• El mareante montaje. Como suele pasar en el cine moderno, hay momentos de las batallas en los que no te enteras de nada, sólo escuchas golpes y ves sucesiones de imágenes como si se tratara de una discoteca. ¿Por qué no nos fijamos en las batallas de Espartaco, Los siete samuráis o Excalibur, en las que todo lo que sucede queda perfectamente claro?

• Se echa mucho de menos a Gandalf. La creación digital de Gollum me parece falsa; me habría gustado más un buen maquillaje o marioneta, que hoy por hoy se pueden hacer muy realistas, a pesar de ser artes desplazadas por el ordenador, más por economía que por resultados finales.

• Las frases que pretenden ser memorables se hacen muy cursis, y los recordatorios innecesarios de tantos linajes y árboles genealógicos se hacen aburridos... y la película está plagada de ambos.

• Los Ent quedan muy mal, parecen más bien sacados del "La historia interminable", para la cuál sí pegarían. Éstos serían fácilmente reemplazables por gigantes "pastores" de aspecto humano, de unos tres o cuatro metros, por ejemplo. Seguro que si no hubieran tenido tanto presupuesto lo habrían hecho, y también creo que habrían quedado mejor y más creíbles.

• El comienzo de la apuesta entre Gimli y Legolas. Demasiado frívola como para que me tome en serio esa grave "amenaza" con la que se supone que tengo que identificarme. Aunque la apuesta aparezca en el libro, en la película queda muy mal, y sería fácilmente evitable desde el montaje, aunque ya estuvieran grabadas las escenas.

Hay muchos más fallos, tantos que no cabrían en una simple crítica de aficionado.

Me importa poco que algunas de estas tonterías estuvieran en el libro: en una película quedan muy mal si no se explican... y si se explicaran, se haría eterna. La solución es no mencionarlas siquiera, incluso cambiar cosas, aunque eso suponga romper aún más con la historia original.