El terror de siempre dibujado con la mano del historietista más cachondo. Polanski logra una entretenida mezcla entre cine mudo, los clásicos de la Universal y un cómic de "Mortadelo y Filemón". El aspecto visual está muy logrado.

Como muestra, unos cuantos botones:
• Abronsius y Alfred van persiguiendo a un vampiro. Logran acorralarle en una bodega. Parece que éste se esconde tras una cortina, así que cogen su estaca, apuntan, y la clavan. Se cae el trapo y resulta ser un barril que comienza a escupir vino tinto a gran presión. Los dos cazavampiros resbalan y se les caen encima unos cuantos barriles. El profesor se incorpora mareado y dice: «No está mal este vinillo, hic».
• Cuando intentan entrar en la cripta y el profesor se queda atascado en el ventanuco.
• Por no hablar de la escena del baile en la que roban unos disfraces versallescos para introducirse, sin saber ocultar su vitalidad, entre unos demacrados y apáticos vampiros.
(¡Puro cómic!)

En su contra: un Polanski flojito como actor y poco que analizar más allá de lo ya comentado.