La película tiene dos mitades muy diferenciadas y separadas por esa persecución de videojuego que rompe el climax de la historia. La primera parte resulta ser un pastiche de ideas (bueno esto es normal en casi todas las películas actuales) de diferentes historias clásicas: La fuga de Logan, Blade Runner... pero un tanto "descafeinadas", pronto se convierte en un lucimiento de escenarios y luces a disposición de los protagonistas, pero es algo que se puede soportar, y se tolera para ser una película "veraniega". Sin embargo, la escapada de los dos "productos" de ese almacén-criadero de órganos de repuesto, supone un comienzo sin fin hacia el fiasco más grnade. La grandilocuencia (supuesta) de las escenas de violencia y persecuciones desesperadas y la continuación de escenarios y escenas imposibles hasta provocar la sonrisa, provoca una caida en picado de la tensión y del desarrollo que pretendía la película hacia un mero espectáculo no más entretenido que una máquina recreativa de las de antaño.
La idea subyacente, el principio que se adivina (si somos condescendientes con el señor Bay y queremos ver algo interesante en la película) podría ser apetecible: ¿hasta donde se puede llegar con las investigaciones sobre la clonación de células humanas? ¿Las células creadas por este método pueden adquirir todas las condiciones necesarias para ser consideradas seres humanos completos? Pero nada más lejos de la realidad, las ideas se quedan en eso, puesto que una reflexión así no es un producto facilmente comercializable y mucho menos en verano, donde abundan las bravuconerías y livianidades en pantalla.