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burton rating:
8
6.6
3,765
Language of the review:
- es
September 3, 2006
46 of 53 users found this review helpful
Tres años después de su espléndida "Fedora", Wilder pone punto y final a una carrera brillantísima, consolidándose como uno de los mejores y más influyentes directores en la historia del cine...
Cuenta la leyenda que después de ésta su ópera póstuma ninguna aseguradora quiso hacerse cargo de sus películas pues fue un rotundo fracaso de público y crítica...
Basada en una pieza teatral epónima del director y guionista Francis Veber ("La Cena de los idiotas"), Wilder supo sacar partido de ello, si no de manera harto brillante tal y como nos tenía acostumbrados, sí con el tremendo oficio de uno de los grandes directores de siempre...
Atrás quedaron sus tiempos en Viena y Alemania, sus difíciles comienzos en EEUU de la mano de su compañero de viaje y penas, Peter Lorre, y de sus guiones para prestigiosos directores de la época, como su admirado Lubitsch ...
A partir de esta cinta, Wilder se dedicó a descansar plácidamente como así lo hiciera su personaje principal en esta película, Trabucco (Walther Matthau), después de concluída su misión, en aquella paradisíaca isla del pacífico...
Con la colaboración habitual (tras su separación con Charles Brackett) de I.A.L Diamond en las lides de guionista, adaptó la susodicha pieza teatral de Veber, confiriendo su habitual y portentoso ritmo narrativo (de ésto quizá pudiera haber aprendido algo Díaz Yanes), sus ingeniosos y divertidos diálogos, y la maravillosa y sencillísima puesta en escena...
Una colorista fotografía a cargo de Harry Stradling Jr y una jazzística banda sonora a cargo de Lalo Schifrin el compositor argentino de la archiconocida y multiversioneada sintonía principal de "Misión Imposible" o la espléndida banda sonora de "Harry el sucio", completan los ingredientes de esta digna obra póstuma de uno de los genios más admirados del celuloide internacional...
Quizá también la leche "Sundance" le produjeran efectos contrarios a los del segundo testigo implicado en el escándalo inmobiliario, muerto a manos de Trabucco al ingerir leche de aquella marca, que según rezaba en su eslogan te hacía sentir mejor y vivir más tiempo...
Ventiun años más tarde, Wilder nos dejaría para siempre, y esta cinta nos quedaría como su último legado... Una pieza de culto para cualquier coleccionista. Y la última ocasión de ver juntos como dueto protagonista a estos dos genios de la interpretación; Jack Lemmon y Walther Matthau.
I M P R E S C I N D I B L E.
Cuenta la leyenda que después de ésta su ópera póstuma ninguna aseguradora quiso hacerse cargo de sus películas pues fue un rotundo fracaso de público y crítica...
Basada en una pieza teatral epónima del director y guionista Francis Veber ("La Cena de los idiotas"), Wilder supo sacar partido de ello, si no de manera harto brillante tal y como nos tenía acostumbrados, sí con el tremendo oficio de uno de los grandes directores de siempre...
Atrás quedaron sus tiempos en Viena y Alemania, sus difíciles comienzos en EEUU de la mano de su compañero de viaje y penas, Peter Lorre, y de sus guiones para prestigiosos directores de la época, como su admirado Lubitsch ...
A partir de esta cinta, Wilder se dedicó a descansar plácidamente como así lo hiciera su personaje principal en esta película, Trabucco (Walther Matthau), después de concluída su misión, en aquella paradisíaca isla del pacífico...
Con la colaboración habitual (tras su separación con Charles Brackett) de I.A.L Diamond en las lides de guionista, adaptó la susodicha pieza teatral de Veber, confiriendo su habitual y portentoso ritmo narrativo (de ésto quizá pudiera haber aprendido algo Díaz Yanes), sus ingeniosos y divertidos diálogos, y la maravillosa y sencillísima puesta en escena...
Una colorista fotografía a cargo de Harry Stradling Jr y una jazzística banda sonora a cargo de Lalo Schifrin el compositor argentino de la archiconocida y multiversioneada sintonía principal de "Misión Imposible" o la espléndida banda sonora de "Harry el sucio", completan los ingredientes de esta digna obra póstuma de uno de los genios más admirados del celuloide internacional...
Quizá también la leche "Sundance" le produjeran efectos contrarios a los del segundo testigo implicado en el escándalo inmobiliario, muerto a manos de Trabucco al ingerir leche de aquella marca, que según rezaba en su eslogan te hacía sentir mejor y vivir más tiempo...
Ventiun años más tarde, Wilder nos dejaría para siempre, y esta cinta nos quedaría como su último legado... Una pieza de culto para cualquier coleccionista. Y la última ocasión de ver juntos como dueto protagonista a estos dos genios de la interpretación; Jack Lemmon y Walther Matthau.
I M P R E S C I N D I B L E.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Trabucco(Matthau) es un sicario a sueldo, nacido en Chicago de padre brasileño y madre turca...
Acaba de recibir su último encargo antes de retirarse a una soñada isla en el pacífico...
Un tal señor marrón (clara inspiración para Tarantino en su genial "Reservoir Dogs") le ha encomendado matar a tres molestos testigos en el caso de un escándalo inmobiliario en Palm Spring.
La película arranca con Trabucco camuflado de cartero y entregando una carta bomba a su primera víctima, Leopold Schuster. A la segunda víctima, Barney Pritzig la envenena delante de unos polis bastante necios con leche de botella. Su última víctima, el tercer testigo, el gángster Rudy "Disco" Gambola(Fil Formicula), está celosamente escondido y custodiado por la policía antes de celebrarse ese mismo día en Riverside (California) el juicio...
Y allá que se dirige Trabucco... De camino y en una gasolinera se topa en los baños con Victor Clooney(Lemmon), un periodista de 48 años que trabaja para la cadena de tv CBS en el departamento de censura. Casado desde hace 12 años, su mujer Celia(Paula Prentiss) le acaba de abandonar por un "medicucho pigmeo" (y dueño de una clínica llamada "Instituto Para La Satisfacción Sexual"), el dr Hugo Zuckerbrot(Klaus Kinski)...
Ambos coincidirán también en el Hotel Ramona, frente al edificio de los juzgados de Riverside donde Gambola declarará como testigo a las dos de la tarde de aquel mismo día y donde Trabucco intentará liquidarle apostado en la culata de su fusil, apoyado en un trípode al lado de la ventana de la habitación 361 del Hotel Ramona, a la manera de los francotiradores.
Pero cerca de su habitación, en la 359 se hospeda Victor, quien ha venido a intentar convencer a su mujer de que le de una última oportunidad...
Intentos suicidas, visitas a una clínica de "libertinos y libertarios pervetidos sexuales..." que disertan sobre la eyaculación precoz y los pros y los contras de la fimosis, y mucha química entre la pareja protagonista son el colofón a esta divertida obra póstuma de un director único.
Acaba de recibir su último encargo antes de retirarse a una soñada isla en el pacífico...
Un tal señor marrón (clara inspiración para Tarantino en su genial "Reservoir Dogs") le ha encomendado matar a tres molestos testigos en el caso de un escándalo inmobiliario en Palm Spring.
La película arranca con Trabucco camuflado de cartero y entregando una carta bomba a su primera víctima, Leopold Schuster. A la segunda víctima, Barney Pritzig la envenena delante de unos polis bastante necios con leche de botella. Su última víctima, el tercer testigo, el gángster Rudy "Disco" Gambola(Fil Formicula), está celosamente escondido y custodiado por la policía antes de celebrarse ese mismo día en Riverside (California) el juicio...
Y allá que se dirige Trabucco... De camino y en una gasolinera se topa en los baños con Victor Clooney(Lemmon), un periodista de 48 años que trabaja para la cadena de tv CBS en el departamento de censura. Casado desde hace 12 años, su mujer Celia(Paula Prentiss) le acaba de abandonar por un "medicucho pigmeo" (y dueño de una clínica llamada "Instituto Para La Satisfacción Sexual"), el dr Hugo Zuckerbrot(Klaus Kinski)...
Ambos coincidirán también en el Hotel Ramona, frente al edificio de los juzgados de Riverside donde Gambola declarará como testigo a las dos de la tarde de aquel mismo día y donde Trabucco intentará liquidarle apostado en la culata de su fusil, apoyado en un trípode al lado de la ventana de la habitación 361 del Hotel Ramona, a la manera de los francotiradores.
Pero cerca de su habitación, en la 359 se hospeda Victor, quien ha venido a intentar convencer a su mujer de que le de una última oportunidad...
Intentos suicidas, visitas a una clínica de "libertinos y libertarios pervetidos sexuales..." que disertan sobre la eyaculación precoz y los pros y los contras de la fimosis, y mucha química entre la pareja protagonista son el colofón a esta divertida obra póstuma de un director único.