Esta comedia romántica de fantástico argumento tiene el encanto justo de sus protagonistas. Elevado en Hugh Jackman (dejemos su largo nombre en Leopold) y reducido en Meg Ryan (Kate McKay), que por cierto, le saca siete años de edad en la vida real. La historia ideológicamente empieza bastante mal y aunque luego se endereza en parte, el final es feo si bien inesperado. Lo malo de "Kate & Leopold" no es sólo su notoria falta de humor o el escaso romanticismo de un relación claramente diseñada por imperativo de guión. La verdad, no veo ningún motivo por el cual nuestro duque no sólo se enamore sino que se fije en esta publicista neoyorquina sosa y racional a la que alguien llega a definir como que parece un hombre. Claro que tal vez sea precisamente por esto mismo.

En el fondo la película corre el peligro de ser anodina porque prácticamente se olvidan de la variable temporal. La única escena que me ha gustado ha sido la del bar con lo del "como en el Louvre". Yo creo que hubiera sido mucho mejor que fuera ella la que visitara el pasado, a ser posible, cambiando a Meg Ryan a la que he visto bastante floja en todos los sentidos, por otra. Seguramente hubiera sido bastante conservador pero no en vano James Mangold amaga con un discurso progresista en el que se ataca a la nobleza y se alaba los nuevos tiempos aunque más tarde acaba contradiciéndose sin querer. A la postre, la conclusión que se puede sacar es que los hombres de 1876 tienen mucho atractivo pero las mujeres no, lo cual es tan falso como ofensivo para la propia feminidad.