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Reaccionario rating:
5
Adventure. Drama. War Engineer Jake Holman arrives aboard the gunboat U.S.S. San Pablo, assigned to patrol a tributary of the Yangtze in the middle of exploited and revolution-torn 1926 China. His iconoclasm and cynical nature soon clash with the "rice-bowl" system which runs the ship and the uneasy symbiosis between Chinese and foreigner on the river. Hostility towards the gunboat's presence reaches a climax when the boat must crash through a river-boom and ... [+]
Language of the review:
  • es
April 17, 2017
7 of 15 users found this review helpful
Superproducción norteamericana de época, China en 1926, que en su momento gozó de un éxito apreciable, siendo la cuarta película más taquillera del año en los Estados Unidos. Obtuvo también ocho nominaciones a los Oscars pero al final no se llevó ningún premio. Basada en la novela homónima de Richard McKenna publicada en 1962, es decir antes de la participación norteamericana en la Guerra de Vietnam, "El Yangtsé en llamas" parece responder a este contexto, trocando a los vietnamitas por chinos. Lo cierto es que hay momentos en que la película se hace un poco pesada pero en otros, sobre todo al final, levanta al vuelo. A mí modo de ver se podrían recortar amplios pasajes de toda su primera mitad pues 179 minutos o los 196 de la versión original me parecen demasiados para una trama tan ligera. También haría falta un esfuerzo mayor en localizaciones, ambientación y extras, porque la imagen que se da es un tanto pobre, con escaso encanto colonial. Luego hay un abuso de desgracias hasta el punto que uno se convence de que el protagonista es un gafe, se lo dicen hasta los pobres marineros.

Bromas al margen, lo que más me ha gustado es la forma de plantear el conflicto político de aquella época, entre occidentales y asiáticos, una visión en la que nadie es caricaturizado y los argumentos a favor de uno y otro bando son bastante sinceros. Aunque no están tan acertados en describir episodios ficticios, "la matanza en Nankín", para desacreditar a los colonialistas. Y aquí llegamos al punto álgido de la cuestión. Creo que Robert Wise se inclina por una postura pacifista, antiimperialista y en contra de las banderas. Si hay dudas, la propia introducción del largometraje expone esta idea. Ahora bien, este tercermundismo progre esconde, además de ignorancia, hipocresía y falsedad. Los occidentales no saquearon ni mucho menos China sino que obtuvieron una serie de privilegios, también enclaves territoriales de aire ya mítico, que eran una garantía imprescindible ante la barbarie de los nativos y el caos en el que se encontraba ese gran país, aumentando hasta el paroxismo con la presencia de nacionalistas y comunistas. Por mi parte, mi apoyo por el injustamente denostado colonialismo es completo.
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