Si a principios de 2013, hubiera tenido que poner la mano en el fuego por una película que se fuese a hundir en taquilla, Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas habría sido esa película. Me hubiera quemado, con un coste de 50 millones de dólares ha recaudado 223 en todo el mundo, lo suficiente para anunciar una secuela que llegará en años venideros -otra cosa es la recepción crítica, que ha sido muy mala-. El noruego Tommy Wirkola (Zombies Nazis) debuta en el cine americano, lo hace con un reparto resultón: Jeremy Renner, Gemma Arterton, Famke Janssen, Peter Stormare, Thomas Mann (Project X) y Derek Mears (Predators).

El guión, del propio Wirkola, coge el cuento Hansel y Gretel (Renner & Arterton) de los hermanos Grimm, y hace un flashforward de muchos muchos años en el que ambos niños se han convertido en cazadores de brujas de anacrónicos trajes de cuero, portando armas sofisticadas que no se habían inventado. La rival a batir es una bruja, Muriel (Janssen), que necesita raptar doce niños para un sacrificio que les daría invulnerabilidad contra el fuego -una de las cosas que las mata-.

Respecto a los palazos que es esta llevando Hansel & Gretel: Cazadores de Brujas ¿Que esperaba la gente con un título como ese? ¿Qué esperar de un director cuya película anterior lleva el título de Zombies Nazis? Además es una producción de MTV con el cómico Will Ferrell, y por si todo ello no fuera suficiente, la portada no deja lugar a dudas. El caso es que había que cargarse a Hansel & Gretel porque es fácil, obvio que la calidad artística no iba a ser su punto fuerte -lo mismo que le pasó el año pasado a la, esta sí, mediocre Abraham Lincoln: Cazavampiros-.

A diferencia de muchas otras películas más aplaudidas y hasta con premios, Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas cumple su objetivo, entretener. Es corta (apenas ochenta minutos), tiene un ritmo endiablado en el que se suceden escenas de acción mejores de lo esperado, los efectos especiales son de segunda pero no desentonan con el tono trash de la película, no se ha escatimado en gore y violencia, y si bien los actores no hacen grandes papeles, tampoco se esperaba -aunque Famke Janssen sí lo hace muy bien-.

Como casi todo el cine actual, más el fantástico, Hansel y Gretel es en 3D del malo (lanzar objetos a cada cual más desagradable a la pantalla), para mí el único defecto. Tampoco voy a mentir, no la he visto en cine.