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Spain Spain · Tramacastiel
Luis rating:
8
Comedy Il dottor Ugo La Strizza è il terrore di chi deve pagare le tasse: è intransigente, incorruttibile, onesto e del tutto dedito al suo lavoro. Davanti a lui si presentano un nobile decaduto, un costruttore quasi in bolletta, un inventore e un attore degli spaghetti western. Tra tutti devono pagare al fisco decine di milioni. Ma non li hanno. Decidono allora di prenderli dalla cassaforte del fisco, sottoterra, per poi restituirli al piano ... [+]
Language of the review:
  • es
June 17, 2020
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Buen golpe, muchachos pertenece a la familia cinematográfica de robos bien planificados por necesidad, tipo Los dinamiteros o Rififí a la americana. Es por tanto una comedia policíaca sobre cuatro personajes que se proponen robar a Hacienda los millones que le deben de impuestos.
El tono es caricaturesco, pero el guión es sólido y justifica cada acción. El disparatado humor tiene verdadera gracia e ingenio, siempre dentro del estilo italiano. Se satirizan la honradez, el spaghetti western, la torpeza de los ladrones aficionados e incluso el mal pago da la administración a un fiel funcionario.
Los gags son afortunados, desde el estrafalario modo de viajar en tren el especialista en cajas fuertes hasta los falsos cartuchos de dinamita, pasando por la tarjeta de visita que habla, el fiasco de un rodaje de película que acaba en divertida sorpresa o la forma de huir los protagonistas cuando son descubiertos robando.
El principio del film, con los originales intentos de soborno del empleado de Hacienda (Ugo Tognazzi) es de antología. El arquitecto (Gastone Moschin), que no quiere robar ni un céntimo más de lo que adeuda; Sartana (Philippe Leroy), el actor de malos westerns, con sus saltos de piscina olímpica; el aristócrata gigoló (Franco Fabrizi), que no recuerda dónde hay que hacer el agujero de las catacumbas; el estúpido científico (Raymond Bussierès), que inventa las cosas a medias y el ex-mercenario (Lionel Stander), con un cráneo de metal que se vuelve loco cuando se le calienta consiguen hacer reir de verdad, pues sólo aciertan cuando se equivocan.
Resulta también una novedad, en fecha tan temprana como 1971, que un robo tenga éxito y los ladrones no sean detenidos, como si se nos dijera que robar a hacienda no merece un castigo.
El director, Michele Lupo, lo hizo bien. La realización es de lujo para este tipo de films. Y los actores son muy adecuados.
Luis
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