No siempre David Cronenberg es sinónimo de vísceras y mutaciones, a veces está un poco más cuerdo y dirige historias menos gores, pero con el mismo dosis de misterio y toques siniestros.

En el mismo año que 'Videodrome', el director canadiense adaptó la novela homónima de Stephen King sin erótico resultado como en aquel filme con James Woods y sin el éxito que tuvo (por aquel entonces) la reciente 'El resplandor', basado también en un libro de King y que ha terminado siendo de lo más recordado del cine de terror, al contrario que esta.

Para ser justos, 'La zona muerta' no busca terror en ningún momento, ni siquiera inquietar al público. Esta es más bien una historia que invita a la reflexión sobre la tentación de cambiar el futuro, y por ese aspecto es un largometraje interesante de ver; lo malo consiste en la ejecución, un filme que para durar poco más de hora y cuarenta minutos tarda demasiado en ir al meollo del argumento y lo que va pasando antes son escenas (algunas más significativas que otras) aquí y allá comandado por Christopher Walken, lo mejor de esta película junto a la banda sonora de Michael Kamen.

Quien haya leído la novela creo que quedará medianamente satisfecho pues se reconocen pasajes del libro en el filme (yo no lo he leído, si bien se de escenas que suceden en el texto), aunque puede que les de sensación de quedarse cortos. Esa misma sensación puede darse también sin ser conocedor del material que adapta porque se siente que el guion podría haber sacado más provecho.

Pese a sus peros, esta es una adaptación que en esas eternas comparaciones de que es mejor, si el libro o el largometraje, sale airoso, y eso ya es decir mucho.