Se agradece que desde EEUU sigan saliendo de vez en cuando películas con personalidad como estas; tiene cosas, tanto visuales como en la historia, ya vistas antes, pero es en como usa esas bazas su principal atractivo. Aparte de que tanto Andrea Riseborough como Nicolas Cage (cuando le dan buen material aún sigue demostrando que es un gran actor y no ese material de memes) levantan prácticamente solos la película con sus interpretaciones.

Es una delicia para los amantes del cine más culto, como del cine más visceral.

*Reseña del 10/02/2019