Ese es el adjetivo perfecto que define la nueva película de los hermanos Wachowski. No es una película con una carga filosófica indescifrable ni tampoco una amalgama de recursos incoherentes para tratar de “renovar” el mito de la caverna (Dicho sea, que no utilizo esto como fallo en Matrix, ya que es una de mis sagas favoritas) es puramente entretenimiento.

Chicas, coches, trampas, circuitos imposibles… aventura y acción al 100%. Basado a la perfección en el anime pero con ese toque de los Wachowski en el que seguro muchos se fijaran (tras Charlie y la fabrica de chocolate y Speed Racer tened por seguro nuevas películas “coloristas con contrastes y saturación al máximo”) El apartado técnico es impecable y las interpretaciones mas que adecuadas para lo que se trata de contar. En cuanto al único punto flaco de la película se encuentra en el guión; demasiadas frases del estilo “quiero cambiar el mundo” pero no por ello se conseguirá desvirtuar la película, después de todo, esto se llega a eclipsar por cada imagen que pasa ante tus ojos.

Personalmente no pido nada mas a una película de estas condiciones, entretiene, divierte y emociona (si, me lloraban los ojos de tanto colorido!) Una maravillosa muestra de imaginación acompañada por una buena banda sonora, unos cambios de cámara vertiginosos y un reparto fantástico, mención especial Rain, el cantante coreano que debuta (por fin) en hollywood.