'3 bodas de más' es menos de lo que esperaba. Vaya por delante el gran trabajo de una Inma Cuesta cuyo papel no le hace justicia del todo: pienso que hubiese salido mejor si solo se ciñeran a sus problemas con las relaciones. Pero la chica se luce de lo lindo en esta película. Una pena que el desenlace sea tan previsible como anodino.

Por otro lado, los demás actores están o muy justitos o forzados o simplemente nefastos. Paco León no se quita el sambenito del Luisma ni con agua hirviendo y ya nos resulta imposible diferenciarlo en otras películas sin recurrir al recuerdo del mítico personaje de 'Aída'. Quim Gutiérrez está plano, sin gracia, forzado, y ya es más un problema del propio actor porque en otros papeles le ha pasado algo parecido. Con Berto Romero ando confuso porque es su primer papel, así que es de los pocos que se llevan el aprobado. Y el Martiño Rivas llega a sacar de quicio con ese personaje de becario que está de vuelta de todo, un oráculo de sabiduría y que siempre tiene algo que añadir para clarificar los entuertos.

'3 bodas de más' no es una mala comedia, pero tampoco es la gran comedia española que todos llevamos tiempo esperando infructuosamente. Se apoya en el buen hacer de su actriz principal y en una notable banda sonora para llevarnos por algunos banquetes, varias borracheras y continuos despertares de una chica que parece repeler las relaciones estables. Nada más.