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Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
3
Drama. Comedy Her name is Mina, but she is called Bambola (doll). Upon the death of her mother, she and her homosexual brother, Flavio, open a pizzeria. A man named Ugo loans Bambola the money, but is then killed in a fight with another one of her boyfriends, Settimio. While visiting Settimio in jail, she meets a sadistic man named Furio, and they begin a relationship. Written by Mikki White
Language of the review:
  • es
September 8, 2009
36 of 50 users found this review helpful
Bigas Luna no es -en términos generales- un mal cineasta. Quizás no sea un genio del séptimo arte, de acuerdo, pero a lo largo de su carrera ha demostrado que -cuando está inspirado- su cine es capaz de exhibir destellos de originalidad y talento.

No es el caso, obviamente, de “Bámbola”. Una peli en la que la obscena condición erotómana del Sr. Luna sepulta cualquier opción de hacer un trabajo digno y en la que su empecinamiento por homenajear el cine erótico de los setenta convierte su proyecto en una burda y somera peli porno del montón. Menos explícita, sí, pero idénticamente denigrante y enfermiza.

Que conste en acta que a mi no me escandaliza ninguna actividad sexual que puedan practicar dos o más personas de mutuo acuerdo. Lo que me repugna es que bajo el paraguas de peli erótica el Sr. Luna nos haya endiñado un verdadero recital de violencia machista (de género la llaman ahora) sin ningún tipo de justificación dramática. Algunos la considerarán una historia de amor sadomasoquista, pero a mi que no me vendan esa moto. Porque cada vez que Valeria Marini es sodomizada a punta de pistola mientras ese puto cafre, salvaje y gañán de Perugorría le chilla al oído “¡¡¡puta, eres una puta!!!” el Sr. Luna está edificando una miserable apología del maltrato físico, psíquico y sexual de dimensiones catedralicias. Capítulo aparte merecerían sus insulsos diálogos y su esperpéntico guión almodovariano , pero no quisiera alargarme demasiado con esta basurilla. Las tripas me rugen y la cena me espera, o sea que iré abreviando.

No quisiera despedirme, de todos modos, sin hacer hincapié en que todas y cada una de mis tres estrellitas van para Valeria Marini. Una mujer de bandera cuyos sinuosos atributos me pusieron brutote hasta que llegó Perugorría y jodió el invento. Cagundena!
Taylor
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