No me ha quedado demasiado claro si lo que acabo de ver es un dramón de medio pelo, una tragicomedia de ‘aquí te pillo, aquí te mato’ o una recreación ficticia de un episodio de “Callejeros”. Lo que tengo claro es que la peli de Balasko es un producto bastante mediocre cuya trascendencia cinematográfica tiene pinta de tener el mismo futuro que un peo en pleno huracán caribeño.

Desconfiad, por consiguiente, de la banderita francesa (en Gabachilandia se hacen pelis tan baladíes como aquí) y tened por seguro que “La clienta” ni os va a divertir, ni os va a emocionar ni os va a generar ningún tipo de excitación física o intelectual. Olvidaos, por supuesto, de cualquier secuencia de sexo interesante. Estoy casi seguro que la vida sexual de la duquesa de Alba debe ser mucho más fogosa que la de esta presentadora de televisión y este gigoló de pacotilla.

Yo, sinceramente, le hubiera traspasado el guión a Greenaway (sobre todo porque Greenaway suele pasarse los guiones por el trasero) y le hubiera concedido mucho mayor protagonismo al piel roja, el único tío cachondo de toda esta historia.