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Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
9
Drama. Comedy Sstory of a family of commediants that work in the Spanish countryside during the 40's and 50's.
Language of the review:
  • es
June 19, 2009
70 of 75 users found this review helpful
La filmografía española es pródiga en películas que transcurren entre el golpe de estado de Franco y la posguerra española. La mayoría de ellas son mediocres o, todo lo más, llevaderas pero, aún así, también las hay buenas. Algunas, incluso, excelentes. “El viaje a ninguna parte” pertenece, sin lugar a dudas, a esta última especie.

La considero excelente porque no abundan en el panorama cinematográfico estatal demasiadas pelis tan bien dirigidas, tan bien narradas y tan bien interpretadas. Pero no sólo eso. El gran logro de Fernán-Gómez estriba, fundamentalmente, en haber sabido transferir el espíritu de su novela a la gran pantalla. Un sentido homenaje, literario y cinematográfico, a esa farándula mesetaria que, desgraciadamente, terminaría desapareciendo ante la implacable dictadura del fútbol y el cine. Me gustaría subrayar, por otro lado, la contundencia lírica y simbólica del título: “El viaje a ninguna parte”. Igual os parece una chorrada pero…¡Menudo título! Me encanta, en serio. Es poético, melancólico, desolador... No es nadie este Fernán-Gómez: actor, director, guionista, dramaturgo... Nuestro Orson Welles, dicen. Yo lo veo más bien como un humanista del cinquecento. Como un Leonardo da Vinci perpetuamente encabronado. Pero bueno, esa es una impresión subjetiva. Sin más.

Os recomiendo, en cualquier caso, que cuando decidáis ver la peli os dejéis seducir durante las dos horas y media que dura. Ciento cincuenta minutos de cine en mayúsculas durante los cuales podréis disfrutar de un viaje repleto de ternura y aflicción. Os resumo el plan de viaje:

Actuaremos en cafés de mala muerte, en locales deprimentes, en establos adecentados para la ocasión. Dormiremos en posadas sórdidas, cutres, inmundas... Comeremos poco y mal. Algún día, con suerte, podremos emborracharnos. Y echar un polvo, tal vez. Haremos y desharemos maletas; montaremos y desmontaremos decorados de cartón; cortaremos y recompondremos guiones demasiado largos y pretenciosos. Nos engañarán, engañaremos a algunos y nos engañaremos a nosotros mismos. Porque somos actores. Porque somos cómicos. Galanes o tunantes ¡qué más da! Reiremos y lloraremos. Pero, sobre todo, recorreremos muchos kilómetros. Cientos de kilómetros. Sin rumbo fijo, como trotamundos. En autobús, furgoneta, a pié... Y, aún así, seremos felices. Seremos felices porque a pesar de todos estos avatares, de todas estas penurias, miserias y adversidades estaremos haciendo lo que siempre quisimos hacer. Hasta la muerte.
Taylor
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