Aceptable y entretenido refrito de historias ya vistas en diversas (y mejores) películas de espías, policías y terroristas, patrocinado con dinero americano pero con ritmo y puesta en escena europea: o sea, tiros y persecuciones por doquier, a la mínima, sin mucha explicación, caras conocidos en EEUU con alguna concesión local (Bruno Ganz, Diane Kruger y Sebastián Koch, en este caso) pero en ciudades con historia, callejuelas estrechas y fondos de postal.

No hay nada que destaque, ni positiva ni negativamente. La introducción es interesante, el desarrollo entretenido y el final aceptablemente previsible, pero todo con una correcta profesionalidad que roza el automatismo. El resultado sería exactamente el mismo si cambiamos a Liam Neesom por Russell Crowe, Berlin por Toledo, a Ganz, Kruger y Koch por Sergi Lopez, Belén Rueda y José Coronado y al director por lady Gaga… o sea una película sin alma, tan lírica como una guía de viaje y tan épica como leer “El Mundo” un sábado después de un consejo de misitros, pero que se deja ver bastante bien y, sin expectativas, no decepciona.