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Spain Spain · Barcelona
Eduardo rating:
7
Drama Year 1952. Bill Rowan is 18, dreaming his life away at the family’s riverside home, waiting to be called up for two years conscription in the Army. He swims each morning and yearns for a pretty girl who cycles past at that time on the tow path across the river. This idyll is shattered by the harsh realities of boot camp. He meets Percy, an amoral prankster, and together they plot the downfall of Sergeant Yeomans, their rigid tormentor. ... [+]
Language of the review:
  • es
October 27, 2015
5 of 5 users found this review helpful
Secuela tardía de Esperanza y gloria, tal vez la mejor película de John Boorman, Reina y patria se puede ver con independencia de su gloriosa antecesora, y si bien no alcanza las cumbres de excelencia de la primera, no es una película que merezca el suspenso asestado por los usuarios de FA, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos (cinematográficos) que corren. Para empezar, ofrece una acerba visión del ejército que, en lugar de la enloquecida parodia de MASH o Dr. Strangelove, utiliza la ironía y el sarcasmo para dejar en evidencia a un estamento de pronóstico reservado. De hecho, todos los oficiales de alta graduación que desfilan por la película son seres despreciables, de los cuales uno desearía encontrarse lo más lejos posible. El ambiente que se respira en los cuarteles es irrespirable, pero es el paso, ay de la adolescencia a la juventud, y sobre ese delicado tramo de la existencia presenta Boorman una perspectiva entrañable pero en ningún momento acaramelada, siempre contando con el apoyo de unos actores espléndidos y unas actrices sensibles y altamente atractivas (yo me quedo con Vanessa Kirby, la verdad, pero cada uno tiene sus vicios). También es la película un canto a la cinefilia, pero sin caer en la acumulación de citas y homenajes. Los protas aman el séptimo arte y así lo manifiestan cuando se tercia. No es desdeñable tampoco la amarga visión de la clase media británica, cuando aún faltaban unos años para que llegaran The Beatles y lo pusieran todos patas arriba. Pero ésa es otra historia. En cualquier caso, desearía romper una lanza en favor de esta hermosa cinta y animaros a visionarla sin prejuicios ni ideas preconcebidas,. Tal vez os llevéis una grata sorpresa.
Eduardo
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