Una oportunidad perdida. Malgastada. La idea para hacer el film era perfecta: contar la historia de Temístocles, cuya importancia en la segunda guerra púnica no refleja 300, haciendo justicia histórica a Atenas y cerrando el círculo de la historia de las Termópilas. Ahí se quedaron las buenas ideas. Lo que sigue es una película repleta de tópicos, de la que solo se salva el aspecto artístico-visual heredado de la primera parte. Noam Murro parece que ni siquiera ha entendido la primera parte, donde las exageraciones se insertaban dentro de un relato, se nos narra la leyenda de la batalla contada alrededor de la hoguera, la imagen en la imaginación de los griegos, donde los inmortales eran demonios, y los rinocerontes monstruos de 7 toneladas.

Es una verdadera pena que un peliculón como 300 tenga esta continuación, que creo que se ha cargado lo que podría haber sido una gran saga. Murro opta una peli más de género épico-fantástico-barato, que hoy tanto vende; con un poquito más de esfuerzo la hubiesen convertido en un comedia. Creo que a Frank Miller le habrá dolido verla.