Dos realidades que nada tienen que ver con el resultado final se entrelazan de manera poco original, en una primera media hora muy poco prometedora en la que nada hacía pensar que "Your name" se iba a convertir en un torbellino de fantasía, ciencia ficción, romanticismo y preciosismo pocas veces antes visto en el cine de animación (bajo mi punto de vista, evidentemente). Digo media hora, puede que menos, puede que más, el caso es que dos jóvenes que se intercambian el cuerpo y que, puesto que son de diferente sexo, se tocan delante del espejo, no es nada prometedor.

El arte y la magia entonces entran en juego, la película de repente tiene un par de giros e inevitablemente las dudas ante la sorpresa aparecen: ¿de verdad se está convirtiendo esta castaña en un peliculón?; ¿qué hago yo emocionado delante de la pantalla por las vidas de unos dibujos animados? Cada vez admiro más a los japoneses, su capacidad de reinventarse es prodigiosa, pero lo que sucede en "Your name" es más admirable porque conjuga lo tradicional con lo moderno, lo urbano con lo rural, dos líneas temporales separadas por años y en definitiva dos vidas que por imperativos del guión están condenadas a unirse y separarse continuamente.

Hay vacíos, huecos, faltan algunas explicaciones, cosas de la ciencia ficción que tiene que ver más con los gustos que con la lógica. Para mí lo que cuenta es que tras ese inicio desalentador la película desarrolla una historia compleja que es fácil seguir, no se pierde el hilo pese a la rareza de su planteamiento y sobre todo, en lo humano, es una maravilla.