Dos lesbianas se enamoran y llevan adelante una relación, basada básicamente en el sexo al principio -como tantas-, con sus buenos y sus malos momentos. FIN. Recuerden: es cine francés.

Sin embargo, y aunque no pensé que jamás diría esto de una película francesa, ésta es de visionado obligatorio: no sólo para contemplar a dos mujeres jóvenes y sexys en largas y explícitas escenas de sexo lésbico, sino para comprobar de vez en cuando lo que uno se pierde viendo películas americanas del montón: aquí hay dos intérpretes muy buenas y muy bien dirigidas. En particular, lo de Adèle Exarchopoulos es algo apoteósico: merece la pena tragarse una película tan larga, donde lo único que se cuenta es una historia de amor en realidad bastante convencional -aunque bien contado, se hace pesado- por ver el sobresaliente trabajo de esta genial actriz debutante.

Otra cosa curiosa: ¿por qué cuándo en el momento más trascendental de esta película, y a pesar de lo bien que actúan las actrices, ni una sola lágrima asoma a mis mejillas, mientras que cuando en una película americana atropellan a un perro tenemos que sacar el pañuelo? Alguien debería investigarlo... Personalmente, creo que la causa es un estilo "aséptico" en el manejo del encuadre de la cámara.