¡¡¡Qué feliz me he quedado tras ver WALL-E!!!

Mira que en su momento pensé que la gente de Pixar estaba loca por hacer un película sin prácticamente diálogos y con un "muñeco" tan feo (¡aunque ahora me parece precioso!), pero luego cuando ves la película no te imaginas un robot que no sea WALL-E, y no echas de menos ningún diálogo, las imágenes valen más que cualquier palabra.

Me descubro ante esta maravillosa historia, con un guión fantástico y una ternura y una emoción que pocas veces he visto en cine. De la animación ni hablo, ya es tan perfecta en todas las películas de animación 3D actuales que no es motivo de crítica; pero quizás en este caso, al ser los protagonistas máquinas, tiene aún más mérito hacerlas parecer tan vivas y llenas de sentimientos.

En definitiva, una obra maestra universal que trasciende del cine de animación, y que creo que irá ganando importancia con el paso de los años.