Eso parecen decir el bueno del doctor Kevorkian y el director del telefilm (¡sí, telefilm!) Barry Levinson a esa parte rancia integrista católica de los E.E.U.U. Se resume en esta frase de Jack Kevorkian: "‎Tengo una religión. Se llama Bach, Johann Sebastian Bach. Y al menos mi dios no es un dios inventado...". Y esto es todo lo que voy a decir en cuanto a ideología. Ahora hablaré de esta TV movie maravillosa. De su personaje principal, encarnado por un Al Pacino tocado por la varita del genio, en una actuación desatada y comedida a la vez, como el personaje al que encarna. Secundarios que no sólo aportan su gran nombre, sino la razón de por qué ese gran nombre: John Goodman, Susan Sarandon y, por encima de todos y a la altura de Pacino, Brenda Vaccaro interpretando de forma espectacular a la hermana de Kevorkian. He quedado impresionado, sobrecogido, admirado y, sobre todo, sorprendido que un telefilm (¡sí, telefilm!) con sus escenas de juicios y todo, pase por encima, en mi opinión, a biopics que sí pasaron por la pantalla grande, como por ejemplo, "La Red Social" (The social network, David Fincher, 2010)...