Una encantadora película sobre el amor adolescente, que cuenta la historia de un chico que trabaja como embalsamador en la funeraria de su padre, y un día se tiene que encargar del cuerpo de una reina de la belleza muerta en trágicas circunstancias. Cuando la hermosa chica resucite en frente de sus ojos no hace sino empezar un viaje que los llevará a ambos a querer superar las barreras que los separan de estar juntos.

Desde un primer momento lo que me enamoró de esta película es la elegancia con la que nos muestran los sentimientos y anhelos de ambos protagonistas, la sutilidad en el contraste de los mundos de Elvis (oscuro, siniestro, solitario) y de Anabelle (colorido, superficial, lleno de purpurina) y la belleza de los escenarios y paisajes, que mezclado con una historia de amor imposible hacen que sea un cuento de hadas sin necesidad de magia ni artificios. Toda una muestra de talento cinematográfico. Apta para todo tipo de públicos.

El trabajo interpretativo de la cinta también es sublime. Blake Lively está maravillosa como Anabelle, su mejor papel hasta la fecha. Hace que te enamores de ella, con sus defectos y virtudes. Max Minghella no se queda atrás, el chico consigue que te encariñes de su personaje, que sientas pena por él pero a la vez admires su coraje. Un estupendo trabajo de actores jóvenes. El reparto secundario no tiene ninguna figura mundialmente conocida pero aún así es de lujo. Joe Mantegna, Mary Steenburgen y Keith Carradine son la guinda de este delicioso pastel. En especial el primero, que ha tenido la difícil tarea de interpretar al enfermo padre de Elvis, y cómplice de ambos en su romance.

Una pena que películas así sean tan poco conocidas. Yo por ejemplo he tenido que recurrir a comprar el DVD de USA, que afortunadamente trae subtítulos en español, y afortunadamente tengo un reproductor multizona. No quiero repetir lo que se dice muchas veces, de que ciertas películas de dudosa calidad sean estrenadas y presentadas en todas partes del mundo, pero es realmente triste que una joyita como esta pase desapercibida.