En general, técnicamente, la película no es ninguna maravilla, estoy de acuerdo con la mayoría de las críticas constructivas expuestas. Sin embargo, escribo esto porque no he podido sino más que vomitar por la crítica del tal "paralaia", que intenta hacer un paralelo del comportamiento de Israel en el año 60 en el juicio de Eichmann, el genocida más buscado del planeta, con el asunto palestino. El nivel de putrefacción mental que demuestra el individuo llega a límites insospechados, pero, en fin, es producto de lo mal que gestionan su imagen los Israelíes ... si este tipo hubiera vivido en oriente medio como yo, hablaría con medio gramo de cerebro, al menos ... SIENTO DESVIARME DE LA PELÍCULA, PERO NO HE PODIDO EVITARLO.