Vanishing point película de culto si es que las hay. Un producto de los años 70, tomando los temas contraculturales de los años 60, como las drogas, los hippies, el amor libre.

El protagonista, Kowalski, un Barry Newman en estado de gracia, junto con su inseparable Dodge Challenger recorriendo las rutas de una América profunda, en una metáfora de independencia y libertad.

No se sabe de dónde viene y hacia dónde va, lo poco que sabemos es a través de flashbacks donde se muestra que era un policía incorruptible, que luego se volvió un piloto de carreras. Que fue un ex-combatiente de Vietnam. Y no mucho más.

Aquí Kowalski es un pacifista, que se droga y enfrenta a la policía, es un héroe para una sociedad , cuyos integrantes miran como impávidos espectadores.
Y toda la cacería es simplemente la autoridad que obliga a los inadaptados, como Kowalski, a integrarse o caer en el intento de huida.
Gran película. Teniendo en cuenta las mediocridades que se filman hoy día, con Netflix a la cabeza, a más de 50 años de su estreno, Vanishing Point sigue brillando con luz propia.

Lo mejor: su mensaje de independencia y libertad.
Lo peor: alguna escena se alarga más de lo debido.
La escena:el final ver spolier