Comienza con la típica presentación familiar del protagonista para empatizar con él. Así que me pregunto ¿será más drama que thriller, en plan “La tormenta perfecta” o “World trade center”?
Entre el resto del reparto, nos encontramos al incombustible Kurt Russell, muy veterano pero igual de solvente que siempre. Me ha sorprendido ver a John Malkovich, no solo porque quizás no pega aquí demasiado, sino porque últimamente se prodiga bastante poco en el cine más comercial.
La fotografía es destacable, algo que se nota en las tomas del puente de los cayos o las vistas exteriores de la plataforma.
En fin, la película se empeña en no ir directa al grano y se recrea en la vida a bordo de este tipo de instalaciones. El trabajo de estos hombres es algo demasiado técnico y aburrido parra el cine, al menos hasta que llega el momento de la crisis, claro está.
Al estar basada en hechos reales, hay que suponer que se adapta fielmente a lo que pasó, de manera que media película es más documental que otra cosa. Luego, llega el problema (causado por la codicia, como suele suceder en estas historias) y nos pasamos del tirón al cine catastrófico.
Se suceden los momentos heroicos y dramáticos, pero debo decir que subjetivamente no me ha impresionado demasiado. La película está realmente conseguida en su ambientación (el fuego y explosiones están muy bien hechos, lo que contrasta tristemente con el pájaro infográfico ese). Y no faltan las buenas escenas de tensión, pero sinceramente, no creo que se transmita excesivamente el nerviosismo y emoción que tuvieron que sufrir estos trabajadores, por mucho que lo intente.
Creo que ello se debe a que es un tanto repetitiva en sus situaciones, pero sobre todo a que personalmente he visto ya tanto cine de catástrofes a estas alturas, que la destrucción de esta plataforma apenas me inmuta.
En fin, cumple su labor informativa de lo que aconteció, y entretiene, pero no me ha parecido para echar cohetes. Una más del género.