Willow es una película de fantasía medieval que narra la aventura de un granjero enano llamado Willow (Warwick Davis) que debe proteger a una niña destinada a derrocar a la malvada reina Bavmorda (Jean Marsh). En su camino, se encontrará con aliados como el espadachín Madmartigan (Val Kilmer), la hechicera Fin Raziel (Patricia Hayes) y la princesa rebelde Sorsha (Joanne Whalley).

Es una producción de George Lucas y Ron Howard, que se inspiraron en cuentos clásicos, mitología y leyendas para crear un mundo mágico lleno de criaturas fantásticas, hechizos y batallas. Los efectos especiales, realizados por Industrial Light & Magic, son impresionantes para la época y algunos de ellos fueron pioneros en el uso de técnicas digitales.

La historia es entretenida y tiene momentos de humor, romance, acción y emoción. Los personajes son carismáticos y están bien interpretados por el reparto, destacando el dúo formado por Davis y Kilmer. La música de James Horner acompaña con acierto las escenas y contribuye a crear una atmósfera épica.

Sin embargo, también tiene algunos defectos. El guion es bastante predecible y recurre a muchos clichés del género. La dirección de Howard es correcta pero no muy original. Algunas escenas se alargan demasiado o resultan innecesarias. La villana Bavmorda es unidimensional y poco amenazante.

En definitiva, Willow es una película que cumple con su objetivo de ofrecer diversión y aventura a los amantes de la fantasía, pero que no aporta nada nuevo ni sorprendente al género. Es un clásico de los años 80 que se puede disfrutar por su encanto nostálgico y su calidad técnica.