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Poland Poland · Galitzia
Valkiria rating:
7
Drama In the dark years of the 1930s, dance marathons became popular as a way for desperate people to compete for prize money. Sometimes the events would drag on for weeks as contestants pushed themselves far beyond the point of physical, mental, and emotional exhaustion, the dancers shambling around the floor in a half-dead stupor. People would then pay to sit in the bleachers, watch the event, and cheer on their favorites. They Shoot Horses ... [+]
Language of the review:
  • es
February 10, 2011
9 of 12 users found this review helpful
Gran Depresión, USA, años del New Deal y el primer _ digámoslo así_ Gran Hermano de la Historia: 200 personas bailando ante el público espectante... al acecho de las miserias de los otros para amortiguar las suyas. Y, esperando a que caigan de bruces y desfallecidos. Fatigados de entre las decenas de parejas que giran y bailan, bailan y giran durante más de 60 días...

Un circo romano en Chicago. La recompensa, sólo para una pareja, será de 1.500 dólares reduciendo gastos de alojamiento en barracas sin churris pero con cucarachas, comidas de lata y sanseacabó.

Sidney Pollack fue controvertido hasta salirse de los gráficos. Para muestra su cine flanqueable, criticable, expuesto. Poco elogiado. Digamos que hasta comprometido como es este el caso. Una especie de maldito al que tanto se le rinde pleitesía como se le menosprecia fácilmente. Eterna promesa que no cuajó.

El tiempo le dará su lugar, a 7 metros bajo tierra como está mandado.

Aún así, no hay donde terminar para reconcer su enorme obra. Lo triste es que a capítulo póstumo queda mucho Pollack por descubrir. El eterno inconformista que nunca se sintió cómodo, plasmó en muchas de sus obras, NO un QUIERO y no PUEDO sino un PUEDO, pero no QUIERO. Se revolvió contra sí mismo y hasta se convirtió en un medio trepa. En ese sentido recuerda a Cassavettes: dos autoestimas de alcantarilla.

El destinado a ser mejor cineasta de la década de los 70 en USA, dejó grandes películas, _siempre a través de bellos rostros_: Jane Fonda, Robert Redford, Natalie Wood... Sus intérpretes hicieron de sí mismo una cápsula. Tan dependiente de ellos, siempre buscó en ellos la perfección y el contrapeso: su desdicha.

Es la razón, injusta, por la que a la espléndida Jane Fonda carga de mala baba, mala virgen, mala estampa y hasta mala digestión en esta película.

Podrán hablar de él como cineasta frustrado en el futuro, una suerte de Salieri enfrentado a Mozart. No por carecer de brillantes recursos para dirigir sus obras. Sin embargo, no fue ávido o poseedor del peso que infunde una autoestima crecida. Él no la tuvo; se creyó menos de lo que era y repercutió así en su obra, que aunque grande, no está valorada aún en la medida que corresponde.

Es el caso de esta película, no acabada, desganada, decadente, inservible.
Retrato sí, de una época que si no les tocó a nuestros padres les tocó a nuestros abuelos. Y al que pudo haber sido cronista americano de la historia reciente: Sydney POLLACK. NADA MÁS Y NADA MENOS.
Valkiria
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