El título de mi crítica es, ni más ni menos una forma de decir que tanto el físico como pequeños detalles de la personalidad de este personaje me han recordado vagamente a Torrente al principio del film. La película comienza como una comedia simpaticona cuyo objetivo parece únicamente ser que pases el rato, pero según avanzaba la película, las reminiscencias de Torrente se desvanecían y la comedia simpaticona se esfumaba lentamente para meternos de lleno en una historia cruda y (por qué no decirlo) angustiosa. Con unos cuantos golpes de humor que sirven como respiro, la película se sostiene por sí sola con un buen guión, con una actuación estupenda del infravalorado Santiago Segura y con esa acertada caracterización de Francisco Ibáñez (creador de Mortadelo y Filemón).

Yo me lo he pasado bastante bien en el cine; me he reído, me he puesto serio y he pasado un rato agradable metiéndome en la piel de este dibujante del que (perdonad mi burricie) no había oído hablar hasta que me he topado con esta acertada película.

No creo que vaya a los Goya, pero si se va sin pretensiones, se encuentra uno con una buena película.