No sé si seré insensible o tal vez el guionista malo, porque a pesar de que la historia está adaptada para que se sienta la mayor empatía posible por los protagonistas, a mí me parecieron 2 idiotas que se buscaron lo que les pasó.
El protagonista si era así en la realidad, se me hizo un pobre infeliz, bruto, reventado, de esos que lo único que saben es malvivir, y su pareja, un poco menos peor, pero más o menos igual.
La verdad que me conmovió mucho más el personaje de Andy García, un jefe mafioso sobrio, y con una personalidad muy interesante.
En lo demás, el director retrata bien New York, los actores están correctos, pero es una de esas películas que se olvidan poco después de verse, no tiene ningún momento memorable.