Está claro que hay películas que tienen un reconocimiento mas que por la propia película, por el hecho de haber estado dirigidas por un director que después sería de gran éxito, como es el caso de esta película, o por que aparece un desconocido actor que luego sería uno de los más conocidos. Esta película, si hoy merece atención es única y exclusivamente porque está dirigida por el gran Hitchcock, que por aquel entonces era aún un desconocido. La película ni es divertida, ni es de suspense, ni es de miedo, ni siquiera de intriga, y además, la historia que cuenta está mal contada, porque cuesta hasta seguir el hilo de la misma.
Hay que valorar que está rodada en 1932, con la limitaciones técnicas de la época, pero es que el gran Hitchcock que vino después nos mal acostumbró, en cada filme que producía introducía novedades técnicas que asombraban a los espectadores de la época, o contaba historias innovadoras que sorprendían al gran público.
Aquí no encontramos nada de eso, es una película con una historia normal tirando a floja, con una trama bastante floja y con una realización técnica que desde luego, para la época tenía mérito, pero que para ser del director que todos conoceríamos años después, aporta muy poco.
Típica película que de haber estado dirigida por un director menos afamado, simplemente habría caído en el olvido, como seguro que en aquella época habría película mejores que esta, pero que han caído en el olvido simplemente porque no estaban dirigidas por un gran director o protagonizadas por un gran actor/actriz.