Según los estudiosos de western spaguetti, un buen trabajo cinematográfico. Tras verla, casi cuarenta años después de su rodaje, mucho me parece dicha opinión.
Cierto es que hay algunas escenas que denotan elengacia y buen saber hacer, como la escena de la diligencia, pero la verdad es que resulta simplona a más no poder. Con incongruencias que denotan una torrpe labor de guión, y algunas escenas de acción no dejan de resultar planas.
La fotografía es buena y comienza bien la película, con ese plano de Django a orillas de una playa, en compañía del cadáver de un indeseable que tuvo la desgracia de topar con él, pero el desarrollo de la historia no puede tener menos imaginación.
La relación entre el protagonista y el bandido, encarnado por el hermano de ese excelente actor que fue Gian María Volonté (se parecen muchisimo) no está bien desarrollada, a pesar de lo que digan los críticos del momento, debiendo ser rechazada por simple sentido común, la implicación homosexual entre los dos (¡es que menudos pensamientos tenían los críticos, madre mía, con tal de ver cosas inexistentes...!).
En fin, que no es nada buena esta película, por más que se empeñen algunas mentes pensantes. Hoy en día ha quedado como lo que es.
Cine del momento puntual en que se realizó, que ha encajado fatal el transcurso de los años.

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