Basada, o así parece, en hechos reales, la película es entretenida en todo momento, vaya esto por delante. O sea, que no aburre y se pasa el rato.
Pero es una película de visión y olvido fácil. Vamos, que apenas queda en la memoria nada por mucho tiempo tras su visión, dado que es bastante impersonal, aunque los intérpretes lo hacen adecuadamente, sobre todo una Joely Richardson enorme, en todos los sentidos.
Lo mejor es el montaje y banda sonora, el resto pasar los minutos sin que la credibilidad, tal y como están narrados los acontecimientos, sea muy visible. ¿Verosímil? Tal vez, pero la segunda parte del golpe final no hay quien se la crea, demasiado fácil todo.
En fin, que no está mal y es amena, pero no tiene nada especial tampoco.

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