Entretenido thriller, más interesante sobre el papel que en pantalla.
Sucede que Michael Caton-Jones, como siempre, filma con elegancia y sofisticación en cuanto a la puesta en escena, siempre tranquila y serena en las escenas intimistas y secas en las violentas. Su empaque técnico es francamente notable, sobre todo en lo referente a la fotografía de Denis Crossan.
No aburre en ningún momento y el/la espectador/a sigue la historia con interés, pero es cierto que resulta su desarrollo bastante irregular en cuanto a ritmo, lo que hace que esa arritmia perjudique al resultado final, que se queda en aprobado pero no llega al notable.
Ron Perlman compone muy bien su personaje, y el resto del elenco interpretativo le secunda bien, con un papel para Richard Dreyffuss que nos remite a otros ya vistos anteriormente que encarnan el "progreso" "liberal" lleno de nuevos aires sin alma que dinamitan el antiguo honor, aunque no sea entre caballeros precisamente en esta ocasión.
Podría haber estado mejor, qué duda cabe, pero se ve sin problemas y resulta, creo, que amena, aunque no muy creíble.
Como curiosidad, destacar la grata presencia de nuestra Marta Millans, que me deslumbró (sí, sobre todo por su físico) en la serie "Embarcadero"). Debo investigar cómo ha llegado a esta peli.

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