Pues otro engendrillo donde el spaguetti y la comedia más chusca y con muy poca gracia, se dan la mano. Y es que, como suelo decir muchas veces, el daño que hizo al spaguetti la franquicia "Trinidad" (con la que me he reído, lo admito) fue irreparable en años sucesivos.
Es una chorrada esta película, con actores haciendo el canelo (Alfredo Mayo, ¡ay!), y con situaciones sin chispa, con un humor muchas veces, no gamberro, simplemente absurdo, que no sé si en el año de su estreno hacía reír a los espectadores, pero que viéndola ahora, en agosto de 2016 por la tele, da auténtica grima.
Una pérdida de tiempo como otra cualquiera.
Lo único sorprendente, por destacar algo, es que Sal(vatore) Borghese, tiene un papel muy comedido, practicamente ni se le nota, y eso que es de los protagonistas.
Angostos paisajes de Castelldefels y de Martorell, y es que el bueno de Alfonso Balcázar es uno de los productores.

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