Tengo que reconocer que Hugh Grant no me apasiona como actor pero que los papeles de tío inmaduro y ligón, esa especie de Peter Pan que no acaba de madurar a pesar de estar rondando los 40 le vienen como anillo la dedo y que el inglés los sabe lucir muy bien a la hora de actuar y esta película no es una excepción a esa regla.

Grant interpreta aquí a un tipo que no trabaja ya que tiene la vida solucionada por una herencia paterna y que sólo piensa en ligar y en vivir sin que nadie ni nada absolutamente le moleste. Primero está él, segundo él y tercero él.

Nicholas Hoult, actor al que descubrí hace poco en "Mad Max: Furia en la carretera", ya mucho más crecidito y que me dejó una muy buena impresión resulta que aquí tenía sólo 12 añitos y que interpreta a un chico acosado en el colegio y viviendo con una madre depresiva.

Ambos personajes se encuentran por casualidad en un momento de sus vidas en las que, quizás, más se necesitaban. Los dos actores, Grant y Hoult, están muy bien en sus respectivos personajes, acompañados por una guapa y desaprovechada Rachel Weisz y una magnífica, como en ella es habitual, Toni Collette.
No ha sido una película que me haya cambiado la vida pero no está mal.
Un saludo,
Tess