Esta pequeña película independiente escrita y dirigida por Peter Tolan es una muy buena sorpresa que me ha hecho pasar una hora y media realmente entretenida. Está protagonizada por uno de los actores para mí con menos atractivo personal y a la hora de actuar como es el soso Matthew Broderick, el marido de la tan de moda ahora Sarah Jessica Parker, un actor con una filmografía más bien discreta que no suele arrastrar a grandes masas de público a sus películas pero al que tengo que elogiar aquí ya que ha dejado una sorprendentemente correcta actuación como ese productor televisivo que decide irse a Las Vegas en busca de la sobrina de su mujer, quién parece dedicarse allí al oficio más antiguo del mundo. El problema es que Las Vegas no es el mejor sitio para un alcohólico y drogadicto en vías de recuperación. La película está francamente bien sín ser una obra maestra y me ha permitido descubrir a un Matthew Broderick bastante creíble en su actuación. Junto a él, una de las muchas caras nuevas del cine americano, una Brittany Snow que parece prima hermana de las descarriadas gemelas Olsen, pero que no lo hace nada mal. La tercera en discordia es una actriz que me gusta mucho, Maura Tierney, a la que me encantaría poder encontrar actuando más frecuentemente, ya que la sigo desde que apareciera en la serie "Urgencias". Peter Facinelli es otro de los que se dejan ver aquí, actor que se está dando a conocer más en nuestro país gracias al tremendo éxito de la saga Crepúsculo en la que él interviene como padre del vampiro Edwards.